Una vez superados los momentos más complicados de la crisis económica, es el momento de analizar las tendencias y los cambios que se han producido en la oferta que los propietarios de oficinas y espacios comerciales deben presentar a sus potenciales inquilinos.
Es indudable que durante la recesión tanto los propietarios como los arrendatarios tenían como prioridad mantener bajos los costes y aportar unas instalaciones con un mantenimiento ajustado a una época de dificultades. El precio por tanto ha sido durante estos años el foco de atención.
A medida que la situación ha mejorado, hay que empezar a diferenciarse de la competencia a través de otras premisas. Es indiscutible hoy en día en el sector, y así lo ponen de manifiesto las publicaciones más prestigiosas como National Real Estate Investor, que para atraer a ese cliente más exigente formado en la crisis hay que ofrecer oficinas con instalaciones modernas y funcionales que cuenten además con nuevos espacios de ocio que mejoren la experiencia y productividad de los usuarios.
Es evidente que la revolución tecnológica en la que estamos inmersos demanda una serie de requisitos que son prácticamente innegociables, como la cobertura móvil en todas las instalaciones o wifi de banda ancha, cada vez más requerido por los usuarios. Otra de las tendencias que estamos viendo, quizá importada de la cultura laboral anglosajona, es la necesidad de dedicar espacios cada vez más amplios al ocio y entretenimiento. No sólo se demandan gimnasios o centros deportivos cerca del lugar de trabajo, sino también zonas de descanso, recreativas o cafeterías con una oferta de comida saludable y adecuada para compatibilizarla con el trabajo. El trabajo y el ocio accesible y cercano o la experiencia de compra lúdica son señas de identidad del nuevo tiempo. Lo mismo pasa con el transporte alternativo. Las bicicletas forman parte del paisaje urbano y contar con zonas de aparcamiento y estacionamiento para las bicicletas puede ser un factor a tener en cuenta.
Todo ello sin despreciar asuntos que siempre se han tenido en cuenta, como la ubicación y el saber complementar una alta seguridad con un fácil acceso y cómodos desplazamientos por el edificio.
Los tiempos cambian, la oferta abunda y la competencia es grande. El cliente ha aprendido con la crisis que puede ser más exigente. Hay que estar a la altura de estas exigencias y ser capaz de adaptarse a las tendencias.
Además, las compañías no pueden olvidar que ahora que se reactiva el mercado laboral y que muchas empresas quieren atraer talento, unas oficinas bien acondicionadas pueden ser muy importantes a la hora de decidir incorporarse a una plantilla o de retener talento, como apunta también el último informe Colliers.
Nosotros en Castellana 200, además de una excelente ubicación y un diseño moderno, estamos siguiendo la tendencia comentada y ofrecemos, entre otras cosas, aparcamiento para bicicletas. Al ser un complejo de uso mixto, el centro comercial sito en el mismo aporta una gran oferta comercial y espacios de restauración a los usuarios de las oficinas. Seguiremos mejorando en estos aspectos y os mantendremos informados.